lunes, 24 de octubre de 2016

Hoy os voy a hablar de los típicos cuentos que nos leen de pequeños, de las películas Disney o de las historias de los hermanos Grimm. Los padres les leen, sobre todo a las niñas, estas historias idealizadas, donde una princesa encuentra al príncipe, o donde el príncipe encuentra a la princesa, ¿pero de verdad es todo tan bonito?
En mi novela, Si me pierdo, tú me encuentras, abordo en parte esta temática, pero desde otro punto de vista. La protagonista de esta historia, Flavia, es una chica valiente y luchadora, la heroína, sí, pero también tiene miedo a lo que le pueda pasar, miedo al cambio, miedo a lo desconocido, exactamente igual que las chicas de su edad. Flavia quiere a su padre, lo adora, y adora también la figura de su madre. Ella vive bien, no hay nada que la inquiete en un principio, pero los años le dan algo con lo que puede que los demás no contasen al principio: rebeldía. Esta rebeldía y el afán de saber, de hacer más es lo que la mete en líos. Cómo lo aborda es lo que marca la diferencia.

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