viernes, 17 de noviembre de 2017

La justicia por la mano

Frente a los acontecimientos que están ocurriendo en estos momentos en España a una NIÑA de tan solo 18 años no puedo decir mucho más de lo que ya se ha dicho. Os recomiendo especialmente el artículo de Barbijaputa.

Y es que en qué año estamos para que un JUEZ no admita la prueba de los mensajes que ELLOS mismos se mandaron entre ellos y sí la de un DETECTIVE PRIVADO que uno de los acusados contrató para seguir a su VÍCTIMA. Y es que dónde estamos para que toda España crea que puede cuestionar a una chica que fue violada porque rehaga su vida, yo la admiro por eso, ojalá todas pudieran hacerlo después de algo así. Luego que vengan las encuestas sobre mujeres que fueron violadas y no denunciaron, y nos preguntaremos: porqué no acudieron a los policías, a la justicia, al médico? Si tienes este percal en las noticias quién admitiría que le pasó.
A este paso las chicas violadas son las que van a entrar en la cárcel, porque seguramente fueron ellas quién provocaron al hombre, y es que es normal que las violen, porque como van vestidas..., los pobres hombres no se pudieron controlar ante tanta PROVOCACIÓN.

Salvadme jueces, grité.... tolería
de mi se rieron, me vendió la justicia.

Esto lo decía Rosalía de Castro, siglo XIX, encuentren la diferencia con el siglo XXI.

Aquí la poesía completa, muy recomendable:


Aqués que tén fama d' honrados na vila
roubáronme tanta brancura qu' eu tiña;
botáronme estrume nas galas dun día,
a roupa de cote puñéronma en tiras.
Nin pedra deixaron en dond' eu vivira;
sin lar, sin abrigo, morei nas curtiñas;
ó raso cas lebres dormín nas campías;
meus fillos... ¡meus anxos!... que tant' eu quería,
¡morreron, morreron ca fame que tiñan!
Quedei deshonrada, mucháronm' a vida,
fixéronm' un leito de toxos e silvas;
i en tanto, os raposos de sangre maldita,
tranquilos nun leito de rosas dormían.

―――

Salvádeme ¡ouh, xueces!, berrei... ¡Tolería!
De min se mofaron, vendeum' a xusticia.
Bon Dios, axudaime, berrei, berrei inda...
tan alto qu' estaba, bon Dios non m' oíra.
Estonces, cal loba doente ou ferida,
dun salto con rabia pillei a fouciña,
rondei paseniño... (ne' as herbas sentían)
i a lúa escondíase, i a fera dormía
cos seus compañeiros en cama mullida.

Mireinos con calma, i as mans estendidas,
dun golpe ¡dun soio! deixeinos sin vida.
I ó lado, contenta, senteime das vítimas,
tranquila, esperando pola alba do día.

I estonces... estonces cumpreuse a xusticia:
eu, neles; i as leises, na man qu' os ferira.

Rosalía de Castro (1993). Follas Novas. (Vigo: Galaxia)




EN CASTELLANO


Aquellos que de honrados tienen fama en la villa,
me robaron la blancura que tenía,
arrojáronme lodo sobre mis galas de un día,
y mis otras galas fueron haciendo trizas.
Ni una piedra dejaron donde yo vivía;
sin hogar, sin abrigo, erré por la campiña,
al raso con las liebres dormí sobre las briznas
y mis hijos, ¡mis ángeles!, que tanto quería,
¡murieron, murieron con el hambre tenían!
Y quedé deshonrada, marchitaron mi vida
me hicieron un lecho de abrojos y de espinas…
mientras tanto, los zorros de sangre maldita,
tranquilos en un lecho de rosas dormían.
-Jueces -grité-, ¡salvadme!, grité tolería
de mi ruego se mofaron, me vendió la justicia.
-¡Ayudadme, Dios mío!-grité, desvanecida.
Tan alto que estaba,Dios mío no me oía.
Entonces como loba rabiosa, o mal herida,
de un salto con rabia cogí la hoz,
caminé despacio… ¡ni las hierbas sentían!
Y la luna se ocultaba, y la fiera dormía
al lado de los suyos, en su cama mullida.
Los miré con calma, y las manos extendidas,
de un golpe… ¡de uno solo! los dejé sin vida.
Y allí al lado, contenta, me senté con las víctimas
tranquila, esperando que amaneciese el día.
Y entonces… sólo entonces se cumplió la justicia…
Yo, en ellos, y las leyes, en la mano que los había herido.

viernes, 26 de mayo de 2017

Para los que no me pudisteis escuchar el miércoles, aquí tenéis el podcast de mi entrevista (a partir del minuto 35 +-)
Muchas gracias a Proxecto Neo y a Cope de la Costa

lunes, 27 de marzo de 2017

En esta historia hay momentos de acción en el que se saltan los límites por una razón que no todos piensan que es la correcta. En este fragmento que os traigo encontramos el momento en el que Flavia se intenta escapar de un acto importante y se encuentra, nada menos, que huyendo como una fugitiva. Recordemos que aquí la chica protagonista, como ya he dicho en otras ocasiones, es sujeto de acción, y no se le "caen los anillos", en esta ocasión, para escaparse saltando desde donde haga falta. Su amigo, que a la vez es solo un empleado, no duda en ayudarla en todo, aunque sabe que haciéndolo se expone a un riesgo inmenso.

—¿Qué haces? —le preguntó sorprendido.

—Salir de aquí antes de que Prabo venga.

El muchacho se acercó al árbol y subió detrás de ella. Se podía meter en un buen lío por todo eso, pero no podía dejarla ir sola. Subió por una rama paralela y se sentó en el muro, ella llegó al mismo tiempo.

(…) Puso los brazos para ayudarla, pero cuando saltó, se cayó encima de él y los dos rodaron en el suelo. Cogió el sombrero que había rodado y se lo puso antes de levantarse.

—Si no te hubieras puesto delante hubiera caído bien.

—Si no me hubiese puesto delante te hubieras caído de frente, destrozándote esa cara tan bonita.

—Y perderías la oportunidad de manosearme un poco.

—Eso también.

lunes, 27 de febrero de 2017

Amor como subtema

Pese a que todavía no estoy recuperada del todo, creo que ya es hora de escribir un nuevo artículo. Aunque esta novela no es de amor, sí tiene un toque romántico en una de las partes que deseaba probar con todas mis fuerzas (lo siento, no he podido evitarlo, soy una romántica). Por eso el fragmento que os dejo más abajo es la parte en la que Flavia descubre que está enamorada en un momento crítico para su integridad física. Los dos están el peligro de muerte, y ese es el detonante para descubrir la verdad.

Si le hubiera enseñado todo de la vida, incluso de sentimientos como el amor, sabría que eso tan fuerte que sentía, que no le dejaba respirar y por lo que se sentía tan perdida, era amor. Deseaba al chico enterrado entre escombros ardientes, y le dolía a ella lo que a él.


(…)Sacó los pocos escombros que tenía todavía el cuerpo encima. Acababa de descubrir que estaba enamorada, no se podía acabar sí, su cuento de princesas no podía terminar mal. Era imposible, no podía estar pasándole esto.

martes, 24 de enero de 2017

 A veces desde nuestros ojos solo vemos una parte de un todo, un solo fragmento de un puzzle complejo (o no lo queremos ver), a veces las partes que tenemos ni siquiera encajan. No podemos ver lo que ocurre a nuestro alrededor, no somos conscientes de lo que ocurre más allá, en otro barrio o en otro pueblo…

A Flavia también le pasa esto, ella era una niña, que vivía feliz en su mundo perfecto, tenía un padre que la quería más que a nada,  una mujer que la trataba como una madre, estudiaba, era querida… ¡tenía hasta una piscina en su jardín! Pero algo pasa, y ella cambia. Se hace adulta de repente y comienza a ver los problemas, quiere encontrar soluciones, ya no es una observadora sin papel activo, es sujeto de la acción. Ve las injusticias en su país, las ve y quiere remediarlas, y aunque todos la ven como una niña, ya no lo es. A veces creces y no te das ni cuenta, tienes las mismas obligaciones y nada cambia, luego hay gente que se hace adulta antes de tiempo, por circunstancias, maduran porque los tiran a patadas de su mundo de niño. La protagonista de esta historia no es tan pequeña, pero lo que descubre, tanto de ella como de su familia y amigos no la deja indiferente. ¿Qué harías tú si todo lo que has vivido hasta el momento fuese una mentira?

jueves, 12 de enero de 2017

La fortaleza


Hay veces que todo es complicado, que todo se te cae encima como las olas sobre las rocas, que rompen una y otra vez, desgastándolas, metiéndose por los poros sin que nos demos cuenta, y sin avisar un trozo se cae y lo cambia todo. Estas cosas nos pasan a todos, también a Flavia. El lexema llor (de llorar) aparece en este primer libro unas 25 veces, sufr (de sufrimiento) 10. Pero no por llorar y por sufrir esta joven es más débil, de hecho, si buscamos palabras de la familia de sonrisa tenemos nada menos que 85, valiente solo 7, y de contento 15. Si Flavia, con todo lo que le pasa, tiene motivos para ser feliz, nosotros no tenemos excusa.
Se fue corriendo detrás de ellos. (…) no tenía más que ganas de llorar, pero había aprendido a la fuerza que nunca debía mostrar sus sentimientos, debía sobreponerse. Se dio media vuelta y entró a la fiesta como si nada le importase.